octubre 21, 2010

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Han venido del mar las voces y el salitre,
las heridas livianas del domingo,
el sueño de los cáñamos,

han traído consigo la ternura
de las manos pequeñas,
su temblor diminuto,
su aire indescriptible.

Han venido del mar, como tu acento leve
donde aguarda el invierno

y la ceguera

y el pulso de los náufragos.

6 comentarios:

Bletisa dijo...

Lo más alegre, lo más triste. La vida, la muerte... todo del mar.
Muy bonito Sara.

Sara Castelar Lorca dijo...

De verdad Amparo, siempre me asombra tu sensibilidad, tu cercanía al sentido, me siento muy cómoda contigo en esta desnudez que uno expone en los poemas. Agradezco tus ojos, tu corazón...un abrazo

Anónimo dijo...

Es como un texto de aceptación de las cosas, tal como son, con sus tristezas y sus temblores, una aceptación de ese exterior que va bañando lo nuestro. Bellas imágenes : "las heridas livianas del domingo", "el acento leve / donde aguarda el invierno", "el pulso de los náufragos" a la vez misteriosa y sugestiva.
Me perdonarás, pero no estoy seguro, sin embargo, de que "indescriptible" sea una palabra permitida a los poetas y menos a poetas capaces de hacerle peines al lenguaje como tú.
Un placer volverte a leer.
Abrazo

Sara Castelar Lorca dijo...

Leonardo, el placer es mío de encontrarte, de ver cómo los significados siempre te acercan. Te sorprenderías de cuántas cosas soy incapaz de describir, sobre todo la ternura que siento por la delicadeza con la que siempre me hablas, es un regalo, de verdad que lo es.
Un abrazo grande, muy grande.

Anónimo dijo...

De describirlas, a lo mejor, te creo (es algo muy difícil) pero te creo muy capaz de escribirlas...
Siempre he sido muy bien acogido en tu delicada casa, siendo un extraño (y no es tan frecuente), y me gusta venir por ver tus huellas y tus peines y, claro está, por la conversa.
Gracias y abrazos que van y vienen

Sara Castelar Lorca dijo...

Es que uno se acaba acostumbrando a que ese mimo que pones en todas tus visitas, Leonardo, a la percepción que describes arrojando ánimo y luz y crítica, que también es absolutamente necesaria, para mí es siempre un placer que vengas y te lo agradezco muchísimo. Ya sabes dónde estamos, querido amigo. Un abrazo enorme.