sonrío, la locura me presta sus juguetes,
nadie bebe conmigo mientras mi risa
cae
a esta hora sin lengua,
la miro,
es hermosa la niña que se intuye en el humo
aumenta el aire en su color sonámbulo,
rige sobre las cosas y las ama,
yo también las amo,
es más fácil amarlas si van a abandonarte
aspiro su contorsión de nube
su filigrana impúdica:
respiración-precipicioun gigante inquieto de brazos aromáticos
el tabaco viviendo para mí,
como los animales dóciles,
como el fusil
o el arsénico
no estoy enferma,
sólo acostumbro a dar algunas flores
a la tumba verde
que me crece por dentro
5 comentarios:
Impecable como siempre Sara, esa manera tan precisa y lírica tuya de decir me deja siempre maniatada.
Un abrazo
Marian
Tu compañia es un regalo siempre, Marian. Un abrazo enorme
"es mi fumar un edén" dice el tango.
Cuânto nos crece por dentro!
Saludos
Nos crece mucho, Leonardo, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Un abrazo, amigo
crecerá de vos un árbol desconocido como crecen los árboles desconocidos desde todos los muertos.
Desde ahora voy a estar metiéndote el dedito, espero te guste.
hurgaré suavecito, lo prometo, sin hacerte daño.
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